La importancia de dejar huella en tu vida
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El podio de los triunfadores

 

 

 

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26.04.2025
Jesús Portilla
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De nuevo llega la fecha de celebración de las Primeras Comuniones y muchos de nosotros participaremos en ese acto tan importante para la vida cristiana de quienes van a recibir este sacramento.

Ya el año pasado publicaba un comentario sobre el respeto que merecen las celebraciones de la Primera Comunión. Y ahora, si me lo permitís, también me gustaría hacer algunas humildes recomendaciones a los asistentes; como siempre desde mi experiencia, mi pequeño conocimiento y con todo mi cariño.

La mayoría de nosotros venimos de familias cristianas, pero se nos han olvidado aquellos valores y principios que nos inculcaron —o ya no le damos importancia—, cuando tiene la misma o más que antes, viendo el mundo que estamos construyendo.

1- Respeto. Creo que todos conocemos ese refrán que dice: "allá donde fueres haz lo que vieres". Ya comenté en el artículo del año pasado, la importancia que tiene ser respetuoso con las creencias de quien te ha invitado a esa ceremonia y cómo debe ser nuestro comportamiento.

2 - Demos ejemplo. Queremos y hemos decidido que participen y reciban los sacramentos nuestros hijos y nietos, pero... ¿por qué no los recibimos nosotros también? ¿Sabéis lo que ellos van a sentir cuando nosotros les demos ese ejemplo? ¿Sabéis lo que piensan y el referente que dejamos cuando no participamos con ellos? ¿No creéis que los familiares también debiéramos recibir la comunión como ellos mismos, sin olvidar la confesión?

3 - Disfrutemos su felicidad. Felicitando el sacramento recibido y su valentía, participando de su alegría.

4 - Tenemos que acompañarles. Es nuestro deber permanecer a su lado y observarles aunque sea en la distancia, para que no se olviden de que estamos ahí para lo que necesiten y para hacerles ver cual es el verdadero sentido de la vida, transmitiéndoles paz, esperanza y fortaleza ante las adversidades.

5 - Y por último, no tengamos miedo a confesarnos y a participar en la ceremonia. Estamos ahí porque es nuestro hijo, nuestro sobrino, nuestro nieto o un amigo de la familia. Nos han invitado porque somos alguien importante para quien va a recibir el sacramento de la comunión y por supuesto, porque Dios también quiere que estemos presentes ese día.

Yo antes me confesaba una vez al año, pero entendí que igual que una empresa no puede mantener solo una reunión al año, para corregir errores y avanzar, lo mismo pasaba conmigo. Me pregunté: ¿Una sola vez al año para ver mi comportamiento con los demás? ¿Para ver mis críticas, mis enjuiciamientos, mi soberbia, mi egoísmo, mi ambición?

La confesión es tirar a la basura lo que hay en nuestro interior y eso lo hacemos a diario con la que acumulamos en nuestra casa. ¿Y nuestro interior, qué?

Entendí que la única forma de mejorar y de ser mejor persona, era confesarse más a menudo. El examen de conciencia es necesario, como es necesaria esa reunión familiar o laboral, para descubrir en lo que se falla, a quién se ha hecho daño, a quién se ha humillado, ver lo que se ha dejado de hacer por los demás, a quien se ha hecho llorar, a quién se ha gritado, con quién se ha sido injusto...

Leí en una reflexión: no sólo es pecado robar la cartera, es pecado robar la fama, robar la inocencia, robar la esperanza, robar la alegría de nuestros hermanos. Se puede robar de muchas maneras. Lo mismo se puede decir del matar. No sólo se mata con una pistola o un cuchillo. Se puede matar “con la lengua” que es como una espada de doble filo. Hay palabras que son puñales. Podemos despellejar a las personas, aunque no clavemos ni un alfiler en su piel.

Si te asusta y no recuerdas cómo confesarte, sería bueno que escuchases este audio; seguro que aclara todas tus dudas.

Participemos de esa maravillosa ceremonia de la Primera Comunión y acompañemos su alegría. Recordad que el mejor regalo es nuestro ejemplo.Muchas gracias por estar aquí y compartirlo. "Solo podemos iluminar el mundo si transmitimos luz""Solo podemos dejar huella con nuestra acción continua"

16.04.2025
Jesús Portilla
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Ayer, una vez más, vi la película de la Pasión de Cristo y nuevamente no pude entender el comportamiento del ser humano. ¡Cómo se le puede odiar tanto a alguien que solamente nos viene diciendo que seamos buenos y nos amemos unos a otros! ¿De verdad genera tanto odio, rencor, soberbia e ira el que nos digan lo que tenemos que alcanzar la verdadera felicidad?

Humillaciones, desprecio, insultos, bofetadas, flagelación, patadas, empujones, cargar los maderos latigazo tras latigazo y llegar a matar y a rematar en la cruz. Todo ello riendo y disfrutando como si fuera la mayor diversión encontrada para tanto loco seducido por el diablo.

Pero lo lamentable es que seguimos haciéndolo día tras día con nuestros semejantes, manteniendo el desprecio y las carcajadas, sin importar la flagelación que sufre el de enfrente. Abuso, humillación, explotación, maltrato; fruto de la soberbia, la ambición, el egoísmo, la envidia y la maldad que reina en cantidad de corazones enfermos.

Ahora no se quiere saber nada de Dios, porque sigue siendo el único que nos llama la atención y nos pide que amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos.

¿Nos imaginamos la traición de un amigo, un Judas? Y nosotros... ¿Qué aceptamos a cambio de engañar, de traicionar, de entregar a alguien, con el fin de conseguir un propósito, enriquecernos o conseguir el deseado «éxito»? 

¿Nos damos cuenta que esto se vive a diario en el mundo entero sin importar el sufrimiento que se causa? 

¿No nos impresiona ni nos conmueve un cuerpo lleno de llagas sangrantes?

Este continuo mal sigue actuando en el corazón humano. 

¿Qué le pasa al corazón? ¿Dónde ha quedado la conciencia de cada uno? Se ha abandonado el alma, la bondad, los sentimientos, el amor. 

¿Hoy nadie se conmueve ante el sufrimiento?

¡Vigilemos nuestro corazón! No permitamos que se convierta en piedra. Dejemos de negar y traicionar a Dios en nuestros semejantes. Dejemos de actuar como Judas y cuidemos nuestras acciones. Dejemos de hacer lo que nos da la gana y hagamos lo que se debe hacer. 

Valoremos la felicidad que proporciona y nos proporciona el AMAR. Valoremos su grandeza.

Muchas gracias por estar aquí y compartirlo. "Solo podemos iluminar el mundo si transmitimos luz""Solo podemos dejar huella con nuestra acción continua"

 

21.03.2025
Jesús Portilla
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Hoy también es el día del padre porque tienes que ser padre todos los días; no solo el 19 de marzo, ni cuando te apetezca.

No dejes que el trabajo te absorba, pero tampoco el gimnasio, los deportes, los amigos... Primero es lo primero.

Los caprichos no son la moneda de cambio para sustituir el amor de un padre y sus obligaciones con los hijos.

Conciénciate que siempre es preferible que juegues con él a que le des una maquinita, el móvil o le sientes frente a televisor.

No pretendas ser padre a partir de los doce, trece, catorce años... Lo que puedes perder no se recupera. Eres padre desde el primer día de su vida. Asúmelo y responsabilízate de tus obligaciones.

No quieras ser amigo, sé padre. Sé padre cada día en lo bueno y lo malo, cuando ría y también cuando llore, necesite tu ayuda o cuando sea necesario castigarle.

No dejes que tu hijo sea uno de los muchos jóvenes que hay ahora perdidos y sin referente alguno. El que tiene que educarlo eres tú. Al colegio ya deben ir educados.

Sí, también es el día del padre cuando tienes que decidir entre seguir trabajando o ir a tu casa con tu familia. Yo le tuve que aclarar a mi jefe que tenía una gran obligación que eran mis hijos, mi mujer, mi familia. No le gustó la aclaración, pero no me despidió y me respetó a partir de ese día.

Hay que sentirse orgulloso de ser padre y sería fantástico que nuestros hijos se sintieran orgullosos de nosotros como padres. Esto solo se consigue siéndolo de verdad.

Y si no sabes, tienes dudas, te resulta difícil ejercer como padre, no olvides encomendarte a San José. El mejor esposo y el mejor padre que ha podido haber en la historia con un gran misión.

No te olvides de ser padre cada día.

Si te parece importante el tema, también puedes leer mi artículo "hacer FAMILIA cada día".

Muchas gracias por estar aquí y compartirlo. "Solo podemos iluminar el mundo si transmitimos luz""Solo podemos dejar huella con nuestra acción continua"